¿Qué es "Paso de historias"?

El amor, la búsqueda de la propia identidad, los amigos, los padres... cosas de las que no pasas ni tú, ni gente como tú. Y que pase el tiempo que pase, nunca dejan de importarnos.


Capítulo 8: "Amor eterno"



31 de diciembre de 2009

COMPRO APARATO DE VIDEO EN BUEN ESTADO

…98, 99 y 100.
¡Eva, te he visto!
¡Vaya, me habéis encontrado! (Por fin) Tampoco estaba tan escondida. ¿Qué han sido?…¿dos meses? ¡Qué son dos meses en una vida de 80 años!
¿A veces no os apetece esconderos, desaparecer, pasar desapercibidos? A veces, incluso lo debéis conseguir. Bueno, pues entonces me entenderéis. Y ya está, no se tienen que dar más explicaciones.
Nuevo Año, nuevos propósitos, nuevos deseos y bla, bla, bla. Yo no sé a vosotros pero a mí se me acumulan. Se me acumulan los propósitos pendientes, los deseos pendientes e incluso los bla bla bla pendientes.
Pero bueno, lo volveremos a hacer. Volveremos a encomendarnos a las uvas, al anillo de oro dentro de la copa de cava o a escribir los “milagros” en un papel y quemarlos luego. ¡Ui! Eso era en San Juan ¿no? Para el caso da igual, si total: siempre pedimos lo mismo.
Si echo la vista atrás, a 1988, tengo que decir que a veces los deseos/milagros sí que se cumplen.
Si echo la vista atrás, me veo una noche de fin de año, dándole besos al reloj del aparato de video del comedor justo a las 00:00, pidiéndole al nuevo año que él, mi amor platónico, mi sueño imposible de adolescencia, se fijara en mí . Y no sólo eso, si no que además me besara. ¡Buf! Eso era demasiado, pero ya que estaba puesta…



Pero sucedió, acaeció, los astros se unieron y pasó, TODO. Bueno, hasta el beso quiero decir.
Por eso, cuando van transcurriendo los años y algunos (¿muchos?) deseos se amontonan, o suceden justo al contrario de como los imaginé, siempre pienso que algo estaré haciendo mal: no visualizo mi conquista con suficiente esmero, o quizás no creo en mi capacidad para llevar a cabo mis objetivos.
También he de confesaros que, últimamente, ante tanto stock de sueños sin cumplir, estoy pensando en comprarme un video en algún mercadillo. Los besos a las 00:00, ya los pongo yo.
Feliz Año y que se cumplan todos vuestros deseos…incluso los de bla, bla, bla.








30 de octubre de 2009

SIGUEN PASÁNDOME HISTORIAS...

... que me emocionan:

1) Albert Espinosa me emociona/menciona en su artículo semanal del diario EL PERIÓDICO

2) Ferran Monegal vuelve a emocionarme/mencionarme en el suplemento Teletodo del mismo diario. Que conste que el rectángulo rojo no lo he hecho yo ¡eh! :)

19 de octubre de 2009

Mi ídolo en un viejo ascensor...



Hoy he conocido a un ascensor simpático. Sí, y eso que cuando he subido en él no me ha dado buena impresión. Las puertas no se han cerrado del todo, pero aún y así, he presionado el botón del primero. (Sí, lo sé, un primer piso es fácilmente accesible en escaleras y va muy bien para el ejercicio -y bla bla bla- pero si hubiera tomado la opción sana, nunca habría conocido a un ascensor simpático. A veces lo sano es insano).
¡Pam! Ha arrancado así, de sopetón, en plan: “Soy viejo pero estoy en buena forma” (mucho mejor que yo, está claro). Aunque lo mejor lo ha reservado para el final: un saltito. Si, sí. El viejo ascensor ha dado un saltito y me ha recordado a mi ídolo de la infancia, el tenista Stefan Edberg.
Stefan, cuando le tocaba restar, esperaba la bola dando un saltito característico. Y creo que sin ser familia de Edberg - ¡qué más quisiera yo, y numerosa!- he heredado esa pequeño movimiento cuando juego al tenis. Lamentablemente sólo he heredado eso.
Y el ascensor me ha hecho sonreír. En fin, que sólo han sido un par de pisos, un entresuelo y un primero, pero el trayecto ha valido la pena.
Moraleja: Nunca desestimes a un ascensor por viejo, desestímalo por estropeado.
Y Edberg, ahí estará feliz con Annette Olsen, que se casó con él, haciéndome cambiar los pósters de la habitación de un día para otro. ¡Qué dura es la infancia!




Y por gentileza de mi amigo Nathan, os presento a unas escaleras simpáticas...

12 de octubre de 2009

BESOS VIRTUALES...

Mi amigo @cambicio sigue el ejemplo de @ginatost y cuelga en youtube uno de mis relatos... Si te atreves, adelante, yo estaré encantada ;)


9 de octubre de 2009

PASANDO MIS HISTORIAS POR EL INFO K

Cualquier día, de repente, te asaltan a preguntas en el metro ;)

5 de octubre de 2009

SOY LO PEOR

Lo peor que le puede pasar a un chico de unos doce años, y de gran parecido a Adrien Brody, el día que decide gastarle ( por milésima vez) una broma a su madre, es toparse conmigo.
Madre e hijo iban delante, yo a escasos metros detrás. Y no hubiera reparado en ellos –bastante tenía con ir poniendo orden a los pájaros de mi cabeza- si no es por ese enorme y cochambroso papel que ella llevaba enganchado a su espalda.
Al principio he dudado en decírselo. Me parecía absurdo que no se hubiera percatado del pegote en la blusa. No quería meter la pata. Hasta que la he metido hasta el fondo.

- Perdone. Tiene usted un trozo de…
- Toni, ¿qué te he dicho?

Y Toni, mi Adrien Brody particular, se lo ha quitado rápidamente a la vez que me echaba una miradita adolescente llena de inocencia…inocencia envenenada y rabiosa.

- Ui, perdona (esa soy yo. A Toni/Adrien) te he chafado la broma.
- No, si ya has hecho bien. Que llevo todo el camino diciéndole que no me enganche nada y él, erre que erre.

He mirado a Adrien con ternura, con toda la ternura que le sale a una cuando sabe que ha metido la pata hasta el fondo, y le he suplicado perdón, clemencia…¿una sonrisita?

Y sí, me ha sonreído, mientras hacía del cochambroso trozo de papel una minúscula bola compacta, con esas sonrisas que hablan. Y sé lo que me ha dicho:

- Eres lo peor.






29 de septiembre de 2009

GUAPA Y RARA



Hoy no le he visto. Y quizás ayer ya no estaba, ni antes de ayer… A saber desde cuándo falta en su lugar habitual, y yo sin darme cuenta hasta hoy. Hoy que no le he visto, y que le he echado de menos. Y pensar que el mes pasado hubiera dado lo que fuera por hacerle desaparecer. Sí, hasta pensé en matarle.
La primera vez que reparé en él, fue a la vuelta de las vacaciones. Cada vez que pasaba por delante de ese viejo edificio de dos plantas, oía como un silbido, un silbido de esos de “guapaaaaa”, pero yo, muy digna, nunca me giraba. Porque iba por mí, de eso no tenía ninguna duda. ¿Por quién si no?
Los días pasaban y aquél silbido no fallaba nunca, incluso se me hacía molesto. Ya ves, a una le dicen guapa y le molesta. ¿Se puede ser más rara? Y yo nunca miraba. Seguía andando, toda digna. Digna y rara.
Hasta que un día alcé la vista y busqué, tras las persianas bajadas, una sombra que delatara a mi admirador secreto. Y entonces le vi. Era un loro. Un loro verdoso dentro de una jaula blanca. ¿Pero los loros no hablaban? ¿No me podía haber dicho guapa y punto? Hubiera distinguido una voz de loro a la primera.
Total, que desde ese día dejé de oírle. Él seguía silbando, seguramente, diciéndome guapa –bueno a mí y a tod@s- pero yo ya no reparaba en su presencia. Alguna vez pensaba: “Ai, el lorito” pero pocas, la verdad. Una se acostumbra pronto a ser piropeada, aunque sea por un loro verdoso.
Pero hoy, hoy que necesitaba que me dijeran “guapaaaaa”, que casi me he lanzado a la calle para pasar por delante de su casa, hoy ya no estaba. “Ai, el lorito”. ¿Qué le habrá pasado? ¿Y quien me dirá guapa a mí? Guapa y rara. ☺

22 de septiembre de 2009

PASO DE ENTREVISTAS DE CINCO MINUTOS (¡QUE NO!)

Os cuelgo la entrevista que me han hecho hoy en el programa de COM Ràdio El Dia a La COM. Ha sido una entrevista original donde las haya. Una entrevista de examen, que no sé si he superado o no, pero me lo he pasado de maravilla.


http://podcast.comradio.com/P_22092009_447_2.mp3

Enjoy... ;-P

20 de septiembre de 2009

AMOR A MEDIDA

El otro día, un amigo me sorprendió cuando al preguntarle cuántos años llevaba con su pareja me dijo:

- Pues va a ser la tercera temporada.

Tal cual. Se conocieron en un club de básquet, y así es como él contabilizaba los años de relación. Me pareció una manera graciosísima y muy original de hacerlo. Y pensé si utilizarían el mismo método los periodistas (“llevamos 2.378 ediciones”), los profesores (“estamos en tercer curso, pero el último trimestre fue durillo), o los políticos (“dos legislaturas, aunque la reelección la veo complicada”).

Recordar la fecha exacta en la que una pareja empieza a salir suele ser, a veces, motivo de discrepancia.

Hay quien cuenta desde el primer “¿quedamos para café?”, pero su pareja –que se toma cafés con mucha gente- lo hace desde el primer “no, deja, esta cena la pago yo. Tú, la próxima”.

Hay quien empieza a contar desde el primer beso, pero su pareja –que, hasta que no vayan en serio, se da besos con más (¿mucha?) gente- cuenta desde el primer “¿lo has hecho alguna vez en un coche?".

Y hay quien hace días, ¡meses!, que va contando, sin que su pareja- o lo que él/ella considera como tal- se haya enterado todavía de que están saliendo.

En fin, que puestos a elegir, prefiero el método de mi amigo, que igual es más inexacto pero menos contradictorio. ¿Y tú?


10 de septiembre de 2009

¡¡¡EL MARTES 15 DE SEPTIEMBRE ME PASO POR AQUÍ!!!


¿Te vienes? El martes 15 de septiembre, en el Fnac El Triangle de la Plaza Catalunya de Barcelona, presentamos el libro. Joan Tharrats, gran amigo y gran guionista, me hace los honores. ¡¡¡A las 19:00 horas!!! ¿Te vienes? (Sí, lo sé, me repito, pero me hace ilu)

2 de septiembre de 2009

A VECES CUESTA BAJAR AL MUNDO...


He dormido poco y mal. El despertador también ha sonado poco. Ya voy tarde. El café me ha salido aguado. Sólo queda mantequilla con sal y odio los cereales. Mi hermana ha invadido el lavabo. El jabón para los platos no es apto para cabello con mechas. Lolo se ha quedado sin su paseo de las mañanas y no me ha dado la patita al salir. El autobusero me ha visto correr y ha cerrado la puerta. No me ha abierto ni en el semáforo. Ni pidiéndoselo por favor. Ni por favor, por favor, por favor. He llegado sudando al trabajo. Mal día de septiembre para estrenar la camisa con mangas y cuello inglés. Evidentemente en el ascensor coincido con Gabi el “aqueselodigoaljefe".

- Tienes la marca de la almohada en la cara.
- Y tú en la cara tienes la T, de trepa.

No estoy para bromitas matinales. En mi mesa, los mismos expedientes que ayer para pasar a limpio. Cae uno más. “Que dice la produ que lo hagas tú, que vas más desahogada”. Mario ni me ha mirado. Llevamos dos días sin hablarnos. Cosa quizás normal entre compañeros de trabajo. Cosa no tan normal entre compañeros del alma. Cursi, pero real. Dos años de relación intensa. Paso. Me pongo a lo mío. Acabo tarde. Como sola. En la máquina sólo queda un sándwich de pollo con almendras. Bueno, sin almendras. Vuelvo a la mesa. Me caen dos informes más. No llego a todo. Voy a quejarme. De camino me encuentro con Magda. No la renuevan. El mes que viene podrá irse esa temporada al pueblo que tanto ansiaba. Me vuelvo a mi mesa. Mario se ha ido y no me ha dicho ni adiós. Da igual. Paso.
Lo dejo por hoy. Directa al gimnasio. Clase de spinning. La necesito. Me he olvidado las deportivas, la camiseta y tengo un calcetín de cada color. No hay clase hoy. Ni mensaje de Mario. No le voy a dar el gusto al autobusero de volvérmelo a hacer. Directa al metro. “Servicio detenido por problemas técnicos”. Ahora necesito una amiga. Llamo a Laura para explicarle mi “hermoso” día. El suyo es incluso radiante: le han confirmado la beca para Estocolmo, ha aprobado el carnet de coche a la primera y le han tocado dos entradas para el concierto de Coldplay.

- ¿Tú qué tal estás del 1 al 10?
- Cero coma.

Mario no llama. Hay factura del teléfono en el buzón de casa. Me recuerda al viaje del verano…tan lejos. Y ahí la dejo, lejos. Mi hermana tiene la música a tope: Coldplay. Ella también va. ¡Cómo me alegro! Babeo pensando en los fideos al curry que sobraron ayer. Ya no existen y odio los cereales. Me debato entre bajar a los paquis o cenar una lata de champiñones y un tomate. “Champiñones bañados en crema fría de tomate”. Nueva receta en mí cuaderno de S.S.M. (Superviviendo sin mamá). Lo de sobrevivir sin Mario, lo llevo peor.
Ducha fría. Calentador estropeado. Dientes, cara, pijama. ¡Camaaaaaaa! Mañana no se si me va a apetecer bajar al mundo, que diría Mafalda. Pip-pip.

- TQM
- Y yo a ti, Mario.

¡Aix, qué día más fantástico el de hoy!

Y a tí, ¿cómo te ha ido el día? ;-P

27 de agosto de 2009

Murphy no cree en el amor (o cómo una galleta de chocolate puede arruinarte el día más importante de tu vida)


El técnico de sonido del programa del verano está enamorado de Nati Guillén desde hace dos meses. O sea, desde el día que ella se incorporó a la tele para sustituir a una de las maquilladoras. Cada día, cuando oye ese tic-tic-tic-tic de unos tacones que se acercan alegres y chispeantes, sabe que son los de Nati.

Tiene calculados los segundos exactos que transcurrirán hasta que ella pase por delante de su puerta, sin detenerse, para entrar en peluquería. Y sabe lo que hará él inmediatamente después: comer.

Al técnico de sonido del programa del verano Nati Guillén le provoca un hambre desmesurada. Hambre por el dulce, por lo empalagoso, por lo goloso…


Ha engordado tres quilos en las últimas ocho semanas y va para tres trescientos. Una locura. No puede evitarlo. Pero la maquilladora sustituta ni le mira, ni le saluda, ni come con él.

Hoy, precisamente hoy, nuestro dulce enamorado ha decidido poner fin a ese descontrol alimentario y apartar de su vista, cerrados en un cajón a cal y canto, los bollos, las magdalenas, las barritas de chocolate, las fresas de goma, los conguitos blancos, las nubes de 10, las de 5… Hoy empieza el régimen sentimental.

Como cada día, oye los graciosos tacones de Nati Guillen acercándose por el pasillo. Y el técnico de sonido aprieta fuerte las manos contra el teclado del ordenador, evitando así que se le escapen hacia el cajón del pecado.

Y Nati Guillén que ya está cerca. Tres, dos, uno… ¡catacrack! Se le ha roto un tacón justo frente a la sala de audio. Y esta vez sí. Se gira y le sonríe. Coge su maltrecho zapato y se aleja cojeando.
Inmediatamente después tres cookies de chocolate son engullidas a una velocidad sin precedentes por el técnico de sonido. La ocasión se lo merece. No se siente culpable. Se siente feliz.

Y entonces sucede lo que nunca debería haber sucedido:

- “¿Tienes pegamento”?

Nati Guillén ha entrado en la sala y le sorprende con la boca llena. Él sólo acierta a mover la cabeza de un lado a otro.

- “¿Y sabes dónde puedo encontrar?
- Eghmtucboughtlrzzzz (que en el lenguaje de bocas llenas quiere decir: "en producción")
- ¡Ecs!

Esa ha sido la reacción de Nati Guillén antes de abandonar la sala salpicada de trozos de galleta por todas partes.

- ¡Aaaaaaahhhhhhhh!

¿Os imagináis de quien ha sido esa reacción?

***Seguro que muchos de vosotr@s os habéis encontrado frente a una situación como ésta. Y ahora igual os hace gracia recordarlo, pero cuando pasa solo quieres...

25 de agosto de 2009

MI LIBRO EN MANOS DE UN DESCONOCIDO...

Hoy he regalado el libro a un desconocido.

¿Por qué? Por amable, por atento, por agradable, por servicial, por simpático, por paciente, por responsable, por honesto, por eficaz y porque estando donde estábamos haberle dado el abrazo que ansiaba darle hubiera quedado muy mal. No sé si con el libro quedaré peor (¿estará a la altura de su invalorable ayuda?), pero es lo más personal que tengo.

¿Que quién era? Prepararos bien porque lo que voy a decir puede herir algunas sensibilidades. Voy a decir algo que no habéis oído jamás y lo que es peor: jamás hubieras creído que lo oiríais. Ese desconocido era…era…era…¡¡¡Un empleado de telefonía móvil!!!! Sí, lo sé. Es absurdo. Inimaginable. Increible. Pero es cierto. No me he vuelto loca, ni lo he soñado. Esa raza de trabajador de atención al cliente que hace honor a su empleo existe. Yo lo he visto. Lo he visto y no lo he abrazado.

A pesar de tener el establecimiento hasta los topes, a pesar de que era la tercera vez que volvía a la tienda con el mismo problema, a pesar de que la solución más fácil (y más normal) era decirme: “mire, señora, yo no puedo hacer nada. Lo envío al servicio técnico y punto”… A pesar de todo eso, ASIER, así es como se llama ese Gran Hombre, ha hecho más de lo que quizás debería. Eso incluye no reírse de mí, ante frases como “es que he perdido el CD de instalación” “¿Qué es sincronizar dispositivos?””¿La factura de la compra? ¿Me la dísteis?.” (Ya avisé que soy un poco despistada).

Bueno, para ser fieles a la realidad, el móvil está en el servicio técnico (ups!) pero tengo la certeza de que todo va a salir bien (dijo ella antes de que le recomendaran comprarse otro teléfono).

Con esto quiero decir que no todo está perdido en el mundo de la atención al cliente. Que si algún día tenéis que acudir a este tipo de establecimiento quizás encontréis a otro ASIER (el mío no. Es para mí. No pienso desvelar su ubicación) y si no es así, siempre os queda una opción: ¡Abrazarle antes! (o regalarle mi libro, claro).


9 de agosto de 2009

PASÁNDOME POR EL CULTURAL.ES...

http://www.elcultural.es/noticias/LETRAS/504876/Eva_Mor-_Lo_que_realmente_importa_puede_decirse_con_pocas_palabras

4 de agosto de 2009

TELEESPECTADOR: ¿ALGUNO LIBRE PARA MAÑANA?

Confieso que me he quedado enganchada a la historia entre Blanca, Carlos y Marta.
Ha sido hoy, sobre las 13:30. Un día tranquilo de vacaciones, un reportaje sobre rinocerontes en África que me gustaba, una pausa para la publicidad, un cambiar de canal y de repente...
Carlos 35 años, chico tímido que parece que poco a poco va dejándose ir. No tenía intención de volver al programa. Su ruptura con Marta, a la que también conoció ante las cámaras, le dejó tocado y dice que no le gusta exhibir sus sentimientos en público. (¿Perdón?) Ahora ha vuelto por Blanca, que por lo que veo se la rifan todos los demás también. Parece que se gustaban de antes (Aix, ¿dónde estaría yo cuando todo esto se cocía?) pero apareció Marta y se rompió la incipiente historia de amor entre estos dos.
Y los otros chicos, de los que Blanca tiene para escoger además del susodicho, que dan la partida por perdida. Carlos, es mucho Carlos. Uno hasta está llorando fuera de plató. (¡Cuánta sensibilidad! Y yo que pensaba que todo esto estaba preparado!). Y cuando parece que sí, que Blanca también está por Carlos....ringggggg...Tenemos una llamada.
¿Y quien es? Sí, sí, sí...es Marta "la despechada". Que dice que no entiende al tímido de Carlos, que hace dos días le envió un mensaje diciéndole que la quería y ahora se va a conquistar a "ésta" (va por Blanca) que es peor que una gata en celo (va por Blanca también).
Y se arma la de Dios. Y Carlitos que se hace el digno y dice que él no habla ante las cámaras (¡torero!) y que sus razones tenía para romper con ella. La otra que dice que igual si que es un poco celosilla, pero que estar en la discoteca y que le digas a tu novia que hay una chica que te quiere meter mano y que no llevas ropa interior, es motivo de celos (de celos y de mandar por saco digo yo). Y la otra otra (la gata en celo) que pide la palabra…
Y entonces pasa lo peor que le puede pasar a una un día de verano cuando cambia de canal mientras hacen un reportaje sobre rinocerontes en África que le gusta: "tenemos que dejarlo para mañana porque se nos ha acabado el tiempo".
¡¡¡¡Noooooooooooo!!! pero ¡¡¡¿por qué?!!! ¡Mañana no puedo ver el programa! ¿Y ahora cómo acaba esto? ¿sacará Blanca sus uñas afiladas de gata en celo? ¿aceptará Marta a partir de ahora que toquen a su novio sin ropa interior para no ser tachada de celosa? ¿Denunciará Carlitos “El tímido” al programa por airear su vida privada? Y sobre todo...¿habrá dejado de llorar el otro despechado?
Por favor, si mañana alguien tiene libre de 13:00 a 14:00 horas, que ponga Tele 5 y me diga cómo acaba todo…Aix, ¡qué bonito es el amor!



30 de julio de 2009

¿ACUARELAS O PINCELES?

Susi y su madre bajan las escaleras que separan la biblioteca de la calle principal.

- Ahora iremos a la librería y te compraré las acuarelas que necesitas.

Susi da un saltito más y baja un par de escaleras. Y enseguida aprovecha el momento compra.

- También necesito unos pinceles.
- No, los pinceles no los necesitas.

Y Susi calla porque sabe que es verdad, que pinceles le sobran, que de tantos que tiene podría poner una tienda: “Pinceles Susi”.

- Sí que los necesito.

Por pedir… Y su madre se adelanta y aligera el paso. Ya está a mitad de trayecto. Y Susi la alcanza y le mira con cara de “y lo sabes”.



- O los acuarelas o los pinceles.



Y Susi piensa. “Esto va bien. Esto va muy bien”.

- O a lo mejor ninguna de las dos cosas.

¡Ups! Y decide no decir nada más. Llegar al final de las escaleras con al menos unas acuarelas, que antes de empezar a bajar no tenía. Y ya sólo le quedan cinco peldaños, cuatro, tres, dos, uno…

- Mamá, yo te quiero mucho. ¿Lo sabes, no?

Y su madre que la mira, y sonríe. Y Susi ya está haciendo hueco en su estuche de los pinceles para dos más…

RELATO: LIDIA Y JULIA

23 de julio de 2009

¿Colgad@ yo?

Bib Bip.
César recibe un mensaje. Suda.
Más aún que hace diez segundos. Y es que el calor es asfixiante.
“¿Es ella?”- preguntan los otros. Yo no sé de lo que hablan, pero ya estoy súper interesada en saber si lo es o no lo es. Y lo es. Es R.
César había quedado con ella hace un cuarto de hora, pero como está de parranda con sus antiguos compañeros de instituto se le ha ido el santo al cielo. El santo, y la cita, claro está.
Y empieza lo bueno. “Que si llámala” “Que si con un mensaje va que chuta” “Que ni mensaje ni nada. Tú como si no hubieras visto el móvil” “Que si a ti no te gustaría que te lo hicieran” “Que si mira quien habla” Y así pasan los minutos y R. espera que te espera en algún bar, haciendo cábalas de dónde puede estar César.
Y César que suda, porque no quiere ir pero tampoco sabe qué contestar y nosotros que todavía le liamos más. “Que siempre haces lo mismo” “Que si por mojar haces cualquier cosa” “Que si no se da cuenta que la estás utilizando” “Que si hace tanto que espera que llame” Y llama. Y yo ya no me arrepiento para nada de haber venido, y eso que lo he estado dudando. La cosa ha llegado al clímax.
Y César que no lo coge. “Y cógelo” “Y ¿qué le digo”? “Lo que sea, pero cógelo y deja de sudar”. Y R. que da una tregua. Y cuelga. Y volvemos al ataque. “Pues dile que estás trabajando y que te va mal” “Pero cómo sois las tías. Que le diga que ahora va para allá y punto. Que cumpla como un hombre” “Pero si no le interesa” “No le interesa pero bien que la sigue viendo” Y César que más que sudar, se está evaporando por momentos… Y ahí está R. otra vez, erre que erre. Ring, Ring.


“Cógelo ya”. Y César que lo coge y se aparta…¡qué educado! (esto es ironía, por si acaso se os pasa).
Y vuelve, más tranquilo, con cara de niño bueno. “Que mejor lo dejamos para otro día, que no pasa nada”. “¿Te ha esperado media hora en la puerta de un bar, sola, y no se enfada? Esta chica está muy colgada” “Sí, tú lo has dicho”-dice otro. Y César que la defiende. ¡Qué educado! (ironía al cuadrado).
Y pagamos y nos vamos casi de inmediato, y veo a César con esa cara que ponemos todos cuando hemos hecho algo, pero que minutos después, tal y como está el plan, preferiríamos no haber hecho.



Y se aparta, por educación claro (al cubo). Vuelve. Ha quedado con R. en un cuarto de hora. Se veía venir. Y nos reímos. Y yo no conozco a R. pero me encantaría. Porque tiene que haber chicas como R. para demostrar que, digan lo que digan, los César también están colgados por ellas… ¿ o no? ;)

17 de julio de 2009

Y SIGUEN PASANDO COSAS...

Hoy han pasado en el diario digital VilaWeb. Pasen y vean, mejor dicho lean.


16 de julio de 2009

COSAS QUE PASAN POR PRIMERA VEZ...

Me emociona darme cuenta que todavía hay cosas que me pasan por primera vez, y me emociona sorprenderme aún, frente a esas situaciones, nerviosa y temblorosa como una niña ante su primer día de clase, sus primeras colonias, su primer beso…

Así estaba yo ayer en MI PRIMERA ENTREVISTA EN LA RADIO. Me invitaron los del programa Extraradi, en COM Radio y la verdad es que, no sé cómo estuve yo, pero ellos estuvieron de maravilla. Acabé la entrevista con unas chispitas (vaaaaaaale lagrimitas) en los ojos, y sinceramente, intentando recordar qué había dicho, porque no me acordaba de nada...

Igual os puede sonar ridículo, exagerado, excesivo pero así me sentí. Cada día deberíamos “obligarnos” a que nos ocurra algo nuevo por primera vez, para sentirnos nerviosos y temblorosos como un niño ante su primer día de clase, sus primeras colonias, su primer beso…

Y no me enrollo más. PASEN y vean. O mejor dicho, escuchen. Gracias.

13 de julio de 2009

NO SON HORAS...

La que he liado. Y mira que la misión era de las fáciles. (Mamá una semana y media antes: “Acuérdate de pasar por casa mañana y regar las plantas. Pero acuérdate, ¡eh!) Su insistencia no es gratuita. La prueba está en que he atendido la petición algunos días después. Aunque lo importante es que he ido. He ido y la he liado…


Mi técnica para el regado de plantas es muy práctica (y muchos sé que os reconoceréis): coger la palangana más grande del fregadero
para evitar el agotador ir y venir del baño para el llenado de agua y a continuación, dar entre los cacharros de la cocina con uno pequeño para el regado individual. No había ninguno a mano. Tenía prisa. He acabado escogiendo la “noprecisamentepequeña” jarra del agua. ¡Más rápido iré! Y allá que voy.

Salgo al balcón. Las diez de la noche. Estoy dentro de la normativa. (Por cierto, y esto podríamos tratarlo en un post a parte o igual os da pie en los comentarios: ¿hay una hora correcta para cada actividad? A partir de las diez se puede regar, a partir de las ocho bajar la basura…¿y roncar? A mi vecino alguien debería decirle que de doce a siete de la madrugada está prohibido roncar. ¡Esa agonía os la cuento otro día) A lo que vamos.

Lleno la jarra hasta el tope. Todo bien. Riego dos o tres plantas. Bastante secas, la verdad.










Total que a lo mejor se me ha ido un poco la mano… Ellas no se han quejado. Ellos sí. De repente he empezado a oír unas voces provenientes de la calle: (“¿Está cayendo agua?”) Yo que me escondo. Si ya acabo. Me quedan dos geranios, una de esas largas y las pequeñitas del rincón. Ni me van a ver. Pero claro, la combinación de los elementos sí altera el producto:

Palangana llena + jarra grande + plantas pequeñas+ prisas + diez de la noche = desastre (o lo que es lo mismo: la que se va a liar).

Como era un poco incómodo meter la jarra en la palangana por su tamaño, decido saltarme un paso y regar directamente con el objeto en cuestión. Sí, no hace falta que os diga más. Citando a mi admirado Billy Wilder: “Al público no hay que dárselo todo masticado, como si fuera tonto. A diferencia de otros directores que dicen que dos y dos son cuatro, Lubitsch dice dos y dos... y eso es todo. El público saca sus propias conclusiones.”

Sólo una pista más. De la calle se han empezado a escuchar toda una batería de insultos que no voy a reproducir porque, según la normativa, no son horas ;-)


9 de julio de 2009

LOS NIÑOS DEL CASAL

Estos días cuando voy hacia al trabajo me cruzo con un montón de niñ@s medio dormidos (algunos dormidos enteros) que arrastran sus pies y su alma por donde una mano adulta les lleva. Son "los niños del Casal". Parece el título de una película de miedo, pero es tal cual. Niños que se ven obligados a madrugar (obligados en vacaciones ¡qué injusticia) para ir a los Talleres de Verano, que son como los cuadernos de "Vacaciones Santillana" pero con personas físicas.

Ayer ví a una niña en una semáforo que miraba a su madre como diciendo: ¿por qué no vas tú al Casal? Y yo voy a tu trabajo, y desayuno café solo y croissant con las amigas, hago unas llamadas a los proveedores y quedo para comer con mi jefe de planta. O, mejor. ¿Por qué no me quedo en casa durmiendo hasta que oiga la sintonía de mis dibujos favoritos, después quedo con la vecina de abajo para jugar a "¿qué te pongo?" y finalmente me peleo a grito pelado con mi hermano porque no me deja jugar con la Play...¿por qué? ¡eh! ¿por qué?

Sobre eso, sobre el papel que los adultos juegan a veces en la vida de los niños va este relato extraído del libro, que lee Gina Tost (www.ginatonic.net), un encanto de niña adulta.

8 de julio de 2009

MAÑANA ME PASO POR AQUÍ

6 de julio de 2009

Absentminded. ¡Presente!


Perder las llaves. Encontrarlas. Volverlas a perder. No encontrarlas jamás. ¡Ah, sí! Justo después de cambiar la cerradura. Olvidarse la crema de la playa. Pedirla prestada a una desconocida. ¡Eh, que te llevas mi crema! ¡Ups! Con el peine en el gimnasio, igual. ¿Pero el otro día no te lo olvidaste también? (Sí, ya veo que tú no te olvidas de nada).


Salir a la calle con un pendiente diferente en cada oreja. Darse cuenta por la noche. Bueno, tampoco son tan diferentes: negro y plateado, redondo y alargado. Clavados, vaya.



¿Dónde estarán las entradas del cine? Sí, las llevaba yo...Vaaaaaaaaaaale, es la última vez que las guardo. En el fondo del bolso. El móvil tiene que estar en el fondo del bolso... ¿por qué no inventaran un aparatito para estas ocasiones? Lo tengo. El móvil no. Otra vez a recuperar toda la agenda.


Llevo media hora esperándote en la esquina de la calle Balmes. ¡Ah, que era en las Ramblas! ¡Ah, que no era hoy! ¡Ah, que ni siquiera hemos quedado! Nunca me contáis nada. Vale, sí, a lo mejor lo habéis hecho pero estaría haciendo otra cosa y no escuchaba. ¿Qué?


Engancharse la ropa con todas las puertas. Incluso darse de bruces con todas las puertas. Sí que miro por dónde voy. ¡Uix! Ya te invito, yo. ¡Ups! Me he dejado el monedero. Mañana te lo devuelvo. ¿Me lo recordarás? ¡Si me lo pudiera tatuar...! ¿Si? ¡Ah, que no...! Sí, sí, ya me lo apuntaré... ¿pero dónde? ¡Aquí!


Despistad@. Absentminded


¡Presente!






28 de junio de 2009

En el amor haz caso a las señales: ¡STOP!


Cuando he entrado en el bar y le he visto he pensado: “uf, ya sabía yo que, a pesar de tener diez opciones de bares antes que éste, tenía que entrar aquí”. El Mudanzas siempre ha sido uno de mis bares favoritos, sobre todo por la música, preferiblemente jazz y blues. Primera señal.
Pelo rubio, ojos azules y pinta de vasco. ¿Por qué? No sé. Quizás porque me recordaba un poco a Julen Guerrero (¡aix, lo que me había gustado a mi Julen!). Segunda señal.
Él también me ha mirado. Y supongo que no le he recordado ni a Angelina Jolie, ni a Scarlett Johansson, ni a Megan Fox, pero me ha mirado. Lo juro.
Me pido un agua y me siento en una mesa cercana a la barra, que es donde él está con un casco en la mano, a punto de marcha. Y yo pienso para mis adentros: “quédate hombre, quédate un rato más”. Y no sólo se queda si no que pasa detrás de la barra. Supongo que es el dueño, si es que tengo un ojo para los negocios…Tercera señal.
Saco la libreta y empiezo a hacer una lista de cosas pendientes para la semana. A la cuarta levanto la vista. Y patapam, ahí está ese azul otra vez. Y yo que me hago la tonta y me quedo embobada, con la mirada perdida, como diciendo: “No, si ha sido casualidad. No te iba a mirar a ti”. Pero me sonríe, y claro, ahí no me hago la tonta… Cuarta señal.
Y llega el momento perfecto porque empieza a sonar Something Stupid . Quinta señal.




La libreta, el móvil, “La ofensa” de Ricardo Menéndez Salmón… ya no me queda nada por sacar del bolso más que el monedero – y me niego a irme ya- y el brillo de labios, que quizás sería un poco excesivo. Me lo pongo. Él se toca el pelo, se ajusta el pantalón y hace un jueguecito con una cuchara. Sexta señal.
Antes de contaros el final, porque toda historia por bonita y corta que sea tiene un final, me he dejado la señal más importante: ¡los dos vamos de verde!. Séptima señal.
Me he acabado el agua y se me acaba el tiempo. Me esperan a la dos. ¿Opciones? Por lo pronto pagar. Acercarme a la barra, pedirle la cuenta y volverle a mirar, pero más de cerca. ¿Otra opción? Llamarle, pedirle otro agua, sacarle el tema del calor y que si los del tiempo han dicho que se espera más y bla bla bla. ¿Otra opción? Ninguna. Porque en cuanto me doy cuenta vuelve a coger el casco y se va. ¡Se va! Así, sin despedirse, sin girarse, ¡sin dedicarme ni una sola mirada más!
Total, que me he levantado, he pagado y yo también me he ido con mi música y mis señales a otra parte, sobre todo la de STOP.

Y tú, ¿crees en las señales?

24 de junio de 2009

PAPÁ ES UN PETARDO

No me entendáis mal. No hablo ni en mi nombre ni en nombre de ninguna persona anónima que quiere cargarse a su progenitor. Todo tiene su explicación, incluso que Ribéry prefiera irse al Madrid antes que al Barça (oído en Rac1).

Ayer, mientras esperaba en la calle a una amiga para subir a una fiesta llena de desconocidos- ya, ya sé que sólo hablo de fiestas pero ¿para qué mentir?- fui testigo de la verdadera razón por la que los padres (así, masculino, plural) compran los petardos a sus hijos: para tirarlos ellos. Y si pueden ser los más grandes, mejor. “Tú tira esto hijo (una piula), déjame a mí éste (un trueno) que es más peligroso” Permitirme que me ria (¿se ha oído?).

Teníais que haber visto al señor Marín (vamos a llamarle así porque tenía toda la pinta de director de Banco en la hora del recreo) con la bolsa de petardos que seguramente había ido a comprar con sus dos hijos (no me atrevo a aventurarme con los nombres) aquella misma tarde.
Él se encargaba de la repartición del material. Los que más sonaban, los más espectaculares, los que iban a provocar el “oooooohhh” del personal, se los quedaba él. El hijo más pequeño protestó un par de veces, pero sólo pudo obtener un “si et continues queixant ens anem cap a casa” (traducido coloquialmente al castellano como: “o te callas, o nos vamos”) de una madre que, estoy segura, también veía injusta la repartición, pero pensaba “pobret, amb el percal que té a la feina” ( “pobre, con el marrón que tiene en el banco”).

Y no se si será por mi pasado de detective, que me hace sacar conclusiones constantemente o por mi presente de guionista que me hace inventar historias de cualquier situación, deduzco que la Revetlla de Sant Joan en casa de los Marín tuvo traca final: unos niños de vuelta a casa con la convicción de que el año que viene bajaban a la calle sin papá, una madre aliviada porque su marido ya se había dejado en la calle todo el estrés, y un señor Marín con el dedo chamuscado pero con una gran sonrisa en los labios, pensando en la verbena de Sant Pere que en Cataluña también se celebra.



22 de junio de 2009

ESTRENANDO VESTIDO

Sí, lo confieso. Es la primera vez. La primera vez que saco un libro, la primera vez que abro un blog de un libro mío, la primera vez que escribo un post en un blog de un libro mío. Supongo que ha quedado claro, ¿no? Son los nervios.
Es como si fuera a una fiesta y estrenara vestido: ¿les gustará? ¿es demasiado largo? ¿demasiado corto? ¿Apuesto por un solo color? ¿Me arriesgo y combino matices? ¡Venga arriésgate! ¿Qué tal un estampado? Azul por aquí, rosa por allá. ¡Vale, sí! Que todos hablen de mí, al menos por un día. Ya, pero corro el peligro de los comentarios post-fiesta: “Mucho vestido y tan poca tela” (el dicho popular lo acabo de inventar, pero podría haber sido perfectamente de mi abuela).
Y claro, luego están los complementos. Me gusta lo sencillo pero va a pasarme como siempre. Voy a estar ya en la fiesta y pensaré: “mira ésa, con tejanos, pero con el detalle de la flor gigante en la camisa” “¿y aquél? Sin el cinturón con forma de fotogramas estaría igual de mono sí, pero yo no me hubiera fijado en él”.
Entonces decido pedir algo prestado, adaptar la moda de otros a mi propio estilo y salir a la calle, sobre todo salir ya a la calle. Porque si no salgo ya, se me va a pasar la fiesta y este vestido no me va a caber ningún otro día.
Por cierto, estás invitad@.