¿Qué es "Paso de historias"?

El amor, la búsqueda de la propia identidad, los amigos, los padres... cosas de las que no pasas ni tú, ni gente como tú. Y que pase el tiempo que pase, nunca dejan de importarnos.


Capítulo 8: "Amor eterno"



17 de julio de 2009

Y SIGUEN PASANDO COSAS...

Hoy han pasado en el diario digital VilaWeb. Pasen y vean, mejor dicho lean.


16 de julio de 2009

COSAS QUE PASAN POR PRIMERA VEZ...

Me emociona darme cuenta que todavía hay cosas que me pasan por primera vez, y me emociona sorprenderme aún, frente a esas situaciones, nerviosa y temblorosa como una niña ante su primer día de clase, sus primeras colonias, su primer beso…

Así estaba yo ayer en MI PRIMERA ENTREVISTA EN LA RADIO. Me invitaron los del programa Extraradi, en COM Radio y la verdad es que, no sé cómo estuve yo, pero ellos estuvieron de maravilla. Acabé la entrevista con unas chispitas (vaaaaaaale lagrimitas) en los ojos, y sinceramente, intentando recordar qué había dicho, porque no me acordaba de nada...

Igual os puede sonar ridículo, exagerado, excesivo pero así me sentí. Cada día deberíamos “obligarnos” a que nos ocurra algo nuevo por primera vez, para sentirnos nerviosos y temblorosos como un niño ante su primer día de clase, sus primeras colonias, su primer beso…

Y no me enrollo más. PASEN y vean. O mejor dicho, escuchen. Gracias.

13 de julio de 2009

NO SON HORAS...

La que he liado. Y mira que la misión era de las fáciles. (Mamá una semana y media antes: “Acuérdate de pasar por casa mañana y regar las plantas. Pero acuérdate, ¡eh!) Su insistencia no es gratuita. La prueba está en que he atendido la petición algunos días después. Aunque lo importante es que he ido. He ido y la he liado…


Mi técnica para el regado de plantas es muy práctica (y muchos sé que os reconoceréis): coger la palangana más grande del fregadero
para evitar el agotador ir y venir del baño para el llenado de agua y a continuación, dar entre los cacharros de la cocina con uno pequeño para el regado individual. No había ninguno a mano. Tenía prisa. He acabado escogiendo la “noprecisamentepequeña” jarra del agua. ¡Más rápido iré! Y allá que voy.

Salgo al balcón. Las diez de la noche. Estoy dentro de la normativa. (Por cierto, y esto podríamos tratarlo en un post a parte o igual os da pie en los comentarios: ¿hay una hora correcta para cada actividad? A partir de las diez se puede regar, a partir de las ocho bajar la basura…¿y roncar? A mi vecino alguien debería decirle que de doce a siete de la madrugada está prohibido roncar. ¡Esa agonía os la cuento otro día) A lo que vamos.

Lleno la jarra hasta el tope. Todo bien. Riego dos o tres plantas. Bastante secas, la verdad.










Total que a lo mejor se me ha ido un poco la mano… Ellas no se han quejado. Ellos sí. De repente he empezado a oír unas voces provenientes de la calle: (“¿Está cayendo agua?”) Yo que me escondo. Si ya acabo. Me quedan dos geranios, una de esas largas y las pequeñitas del rincón. Ni me van a ver. Pero claro, la combinación de los elementos sí altera el producto:

Palangana llena + jarra grande + plantas pequeñas+ prisas + diez de la noche = desastre (o lo que es lo mismo: la que se va a liar).

Como era un poco incómodo meter la jarra en la palangana por su tamaño, decido saltarme un paso y regar directamente con el objeto en cuestión. Sí, no hace falta que os diga más. Citando a mi admirado Billy Wilder: “Al público no hay que dárselo todo masticado, como si fuera tonto. A diferencia de otros directores que dicen que dos y dos son cuatro, Lubitsch dice dos y dos... y eso es todo. El público saca sus propias conclusiones.”

Sólo una pista más. De la calle se han empezado a escuchar toda una batería de insultos que no voy a reproducir porque, según la normativa, no son horas ;-)