Hoy he regalado el libro a un desconocido.
¿Por qué? Por amable, por atento, por agradable, por servicial, por simpático, por paciente, por responsable, por honesto, por eficaz y porque estando donde estábamos haberle dado el abrazo que ansiaba darle hubiera quedado muy mal. No sé si con el libro quedaré peor (¿estará a la altura de su invalorable ayuda?), pero es lo más personal que tengo.
¿Que quién era? Prepararos bien porque lo que voy a decir puede herir algunas sensibilidades. Voy a decir algo que no habéis oído jamás y lo que es peor: jamás hubieras creído que lo oiríais. Ese desconocido era…era…era…¡¡¡Un empleado de telefonía móvil!!!! Sí, lo sé. Es absurdo. Inimaginable. Increible. Pero es cierto. No me he vuelto loca, ni lo he soñado. Esa raza de trabajador de atención al cliente que hace honor a su empleo existe. Yo lo he visto. Lo he visto y no lo he abrazado.
A pesar de tener el establecimiento hasta los topes, a pesar de que era la tercera vez que volvía a la tienda con el mismo problema, a pesar de que la solución más fácil (y más normal) era decirme: “mire, señora, yo no puedo hacer nada. Lo envío al servicio técnico y punto”… A pesar de todo eso, ASIER, así es como se llama ese Gran Hombre, ha hecho más de lo que quizás debería. Eso incluye no reírse de mí, ante frases como “es que he perdido el CD de instalación” “¿Qué es sincronizar dispositivos?””¿La factura de la compra? ¿Me la dísteis?.” (Ya avisé que soy un poco despistada).
Bueno, para ser fieles a la realidad, el móvil está en el servicio técnico (ups!) pero tengo la certeza de que todo va a salir bien (dijo ella antes de que le recomendaran comprarse otro teléfono).
Con esto quiero decir que no todo está perdido en el mundo de la atención al cliente. Que si algún día tenéis que acudir a este tipo de establecimiento quizás encontréis a otro ASIER (el mío no. Es para mí. No pienso desvelar su ubicación) y si no es así, siempre os queda una opción: ¡Abrazarle antes! (o regalarle mi libro, claro).
¿Por qué? Por amable, por atento, por agradable, por servicial, por simpático, por paciente, por responsable, por honesto, por eficaz y porque estando donde estábamos haberle dado el abrazo que ansiaba darle hubiera quedado muy mal. No sé si con el libro quedaré peor (¿estará a la altura de su invalorable ayuda?), pero es lo más personal que tengo.
¿Que quién era? Prepararos bien porque lo que voy a decir puede herir algunas sensibilidades. Voy a decir algo que no habéis oído jamás y lo que es peor: jamás hubieras creído que lo oiríais. Ese desconocido era…era…era…¡¡¡Un empleado de telefonía móvil!!!! Sí, lo sé. Es absurdo. Inimaginable. Increible. Pero es cierto. No me he vuelto loca, ni lo he soñado. Esa raza de trabajador de atención al cliente que hace honor a su empleo existe. Yo lo he visto. Lo he visto y no lo he abrazado.
A pesar de tener el establecimiento hasta los topes, a pesar de que era la tercera vez que volvía a la tienda con el mismo problema, a pesar de que la solución más fácil (y más normal) era decirme: “mire, señora, yo no puedo hacer nada. Lo envío al servicio técnico y punto”… A pesar de todo eso, ASIER, así es como se llama ese Gran Hombre, ha hecho más de lo que quizás debería. Eso incluye no reírse de mí, ante frases como “es que he perdido el CD de instalación” “¿Qué es sincronizar dispositivos?””¿La factura de la compra? ¿Me la dísteis?.” (Ya avisé que soy un poco despistada).
Bueno, para ser fieles a la realidad, el móvil está en el servicio técnico (ups!) pero tengo la certeza de que todo va a salir bien (dijo ella antes de que le recomendaran comprarse otro teléfono).
Con esto quiero decir que no todo está perdido en el mundo de la atención al cliente. Que si algún día tenéis que acudir a este tipo de establecimiento quizás encontréis a otro ASIER (el mío no. Es para mí. No pienso desvelar su ubicación) y si no es así, siempre os queda una opción: ¡Abrazarle antes! (o regalarle mi libro, claro).
Algo debes hacer para merecerte que te traten tan bien, no?
ResponderEliminarY este video al final del post?
Sea como sea: ole tú! Basta de gente que sólo se queja! Vamos a elogiar, sí!
Es que para mí Dios apareció ayer en una tienda de telefonía. Fue una atención al cliente perfecta: un milagro ¡vaya! :)
ResponderEliminar¿Estás segura de que te sucedió ayer? ¿puede ser que te confundas y ocurriera la semana pasada?... ¿Asier es un nombre ruso, no? ¡También puede ser que lo soñaras!
ResponderEliminarNo, no lo he soñado. Es más, hoy le he vuelto a ver...creo :)
ResponderEliminarCosas que hacen que la vida merezca la pena :D
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